El objetivo de Magale Ikastetxea es que la niña o el niño se sienta tranquilo y tenga apego al entorno y a sus compañeros y compañeras de clase. Para ello, nos basamos en la Pedagogía de la Confianza: que el niño o niña esté a gusto en el centro, con las profesoras, profesores, compañeras y compañeros de clase, como si estuviera en casa. Desde el principio, nuestro centro está pensado para las necesidades de los niños y niñas.
Las instalaciones se encuentran renovadas y adaptadas a la Pedagogía de la Confianza con el fin de conseguir progresivamente el apego de los niños y niñas. ¿Cómo? En la misma sala donde están las y los niños así como las y los profesores hemos dispuesto una pequeña ‘grada’ o zona especial para que estén presentes los padres, madres, abuelas, abuelos, tías o tíos que así lo deseen hasta que su familiar se adapte. La coordinadora general, Nekane Kortaxarena, afirma que «en ese proceso de apego, cercanía y confianza, pueden venir madres, padres, abuelas o abuelos a Magale, pueden sentarse tranquilamente, ver lo que hacen los y las niñas así como las profesoras y profesores; pueden incluso tomar café, leer el periódico; de hecho, algún padre, madre o abuela o abuelo han estado un mes viniendo diariamente».
Porque Magale Ikastetxea tienelas puertas abiertas siempre a las familias, por lo que pueden ver nuestro día a día tranquilamente. En palabras de su director, Martín Iztueta, «Las y los familiares pueden acceder y transitar por las instalaciones tranquilamente. Hay plena confianza; en Magale le damos mucha importancia a esto, que la familia se sienta como en casa». Tal y como indica la Pedagogía de la Confianza, el niño o la niña recién nacida necesita, para su supervivencia, el cuidado del adulto. La persona que al principio le ofrece sobre todo alimentación y bienestar es normalmente su madre. Por lo tanto, es entre la madre y el niño o niña donde se produce la primera relación de apego, después de la cual, además de con las personas de su entorno más cercano -padre, madre, abuelos, abuelas, tías, tíos… -, el niño o niña tiene que conseguir ese apego con el o la profesora.
«Lo que necesitará cada día es que sus padres o madres validen que confían en el profesor o profesora. Es por ello que primero trabajamos con las familias, que la o el progenitor confíe en la o el profesor, que deje al niño o niña tranquila… Y con ello conseguimos que se queden más tranquilos, que los dejen en un ambiente doméstico, como si se quedaran en casa de los tíos o las tías», explica Kortaxarena. Pero ¿cómo conseguiremos eso?
Trabajando el apego, estrechando relaciones
¿Has adaptado al niño o niña al parque? ¿A la playa? No hace falta, ¿verdad? Porque está contigo, porque tiene una base segura, y por lo tanto, investiga por su cuenta. Estamos buscando ese sentimiento en Magale, pero eso no se consigue con la adaptación; se consigue con la relación. Kortaxarena lo explica claro: «Abuelo, abuela, tío, tía, si hay esa relación un padre o madre dejará a su hijo o hija más fácilmente, ¿no? Ese es el objetivo, que el profesor o profesora se ‘convierta’ en un ‘miembro’ más de la familia», ha explicado Iztueta.
Para ello, el o la profesora tiene que relacionarse con los padres o madres así como las y los niños, ya que tiene que tranquilizar al niño o niña, pero tiene que relacionarse con el profesor o profesora. Cuando el niño o niña está tranquila es cuando empieza a funcionar la situación. Porque el niño o niña que no llora, pero no se mueve no está bien, no está tranquila (no es el lugar sino las personas).
Porque nuestras relaciones iniciales de apego influyen después en los vínculos afectivos que hacemos en la vida, en las otras relaciones. En Magale Ikastetxea damos mucha importancia a esta relación y a principios de curso nos dedicamos plenamente a ello. «Trabajamos para que los padres y madres dejen tranquilo al niño o niña en Magale, porque ellas o ellos lo perciben. ‘Te quedarás aquí con los tíos, con las abuelas’, como cuando le dice la madre o el padre; eso mismo queremos que ellos sientan con Magale. Ese es el objetivo principal», explica Nekane.
De hecho, las y los recién nacidos así como las y los niños se sienten seguros cuando tienen a su lado a una persona adulta que percibe, interpreta y satisface sus necesidades. La experiencia de bienestar hace que las y los niños consigan una base segura. Para ello, en junio iniciamos una elaboración con los padres y madres, ya que sacamos una foto con la o el profesor y con la familia y se inicia el proceso para conseguir el apego: «En verano las familias van diciendo al niño o niña que van a ir al colegio con la profesora o profesor, ven su foto… Por eso, para el niño o la niña se convierte el profesor o profesora en un miembro más de la familia. Es un proceso que hacemos poco a poco, consiguiendo el apego», subraya Kortaxarena.
En concreto, el inicio del apego debe comenzar, si fuera posible, con reuniones individuales con las madres y los padres en julio, para también tomar la citada fotografía. La o el profesor debe jugar con la niña o el niño y la madre o el padre transmitirle tranquilidad. En un momento dado, la progenitora o el progenitor tiene que decirle, jugando: «Me voy», y al momento retirarse. De hecho, al inicio preguntamos a las madres y a los padres con qué miembros de la familia van a hacer el apego y así es como arrancamos. «Hacer esta inversión de tiempo es importante, porque la plasticidad del cerebro para el futuro de la persona es importante. Es un proceso natural», subraya.
Asegurando poco a poco el apego
Al fin y al cabo, lo que permite una base segura es el desarrollo adecuado del niño o la niña así como la exploración de su entorno. A esto le llamamos ‘apego seguro’. Y para conseguirlo hemos trabajado todos los y las profesoras de Magale Ikastetxea. «Poco a poco también vienen familias a la escuela con las y los niños, los dos primeros días son individuales, es decir, sólo el o la familiar, la o el niño y el o la profesor están diez minutos, así que la profesora o el profesor ve y aprende qué le gusta al hijo o a la hija, qué juegos, cómo se relaja, etcétera», dice la coordinadora.
Adaptamos todo esto a las necesidades de cada familia y así, poco a poco, vamos avanzando. Y es que gracias al trabajo realizado entre familias y profesorado, los niños y las niñas se sienten tranquilas, seguros. En Magale Ikastetxea, como en casa.