Educación emocional

En él hemos empezado a conocer nuestras emociones y como están unidas a nuestros pensamientos y conductas, haciendo un todo que marca nuestra relación con nosotros mismos y con los demás.

Trabajamos el darnos cuenta, y que ese conocimiento nos transforme y nos haga más sabios, tarea que se desarrolla durante toda nuestra vida. Comprendemos nuestras emociones y las de nuestros hijos, intentamos regularlas para que nuestra respuesta sea acorde a la emoción que la genera. Nos hacemos responsables de ellas, creyendo firmemente que lo que nos sucede en el día a día está relacionado con lo más profundo de cada uno de nosotros.

Intentamos comprender que las reacciones de los hijos, son eso, reacciones, promovidas posiblemente porque se sientan solos, atrapados, con mucho dolor, tal vez incomprendidos y no encuentran apoyo, ni en sí mismos, ni en los demás. Vemos que tal vez nos cuestionen qué estamos haciendo y nosotros mismos no somos capaces de ver ese cuestionamiento más que como rebeldía que conviene aplacar, dominar, conducir….
Todo esto, por otro lado, nos acerca a la importancia de que todos los actores de la educación de nuestros hijos, los padres, profesores, el colegio, trabajemos como un equipo unido, que nos animemos a participar en todas las ocasiones se nos den para colaborar, proponer, aprender……y de esta forma conseguir, ante todo, que sean personas plenas y felices.